Centenares de personas se han concentrado este domingo frente a la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) en Zaragoza para reclamar "la recuperación y limpieza" del cauce del río Ebro.
Según han expresado todos representantes de los colectivos asistentes a la concentración, los municipios rurales de la Ribera del Ebro se ven cada año "más afectados" por incrementos "ordinarios" del caudal que,hasta hace unos años, "no suponían ninguna amenaza".
Habría que poner siempre “limpiar” entre comillas, porque es una expresión inexacta aunque sea tan tradicional. Realmente limpiar es eliminar lo que está sucio, por lo que en este caso este verbo debería restringirse a eliminar la basura (residuos de procedencia humana) que pueda haber en los ríos.
Pero cuando se pide ”limpiar un río” no se pretende liberarlo de basuras, sino eliminar sedimentos, vegetación viva y madera muerta, es decir, elementos naturales del propio río.
Estas prácticas se realizan con maquinaria pesada, sin vigilancia ambiental, sin información pública y sin procedimiento de impacto ambiental. En nuestro país siguen siendo muy generalizadas y constituyen una de las principales causas de deterioro de nuestros valiosos ecosistemas fluviales. El río sufre un daño enorme.
Las “limpiezas” son inútiles, ya que en el siguiente episodio de aguas altas o de crecida el río volverá a acumular materiales en las mismas zonas “limpiadas”, recuperando en buena medida una morfología muy próxima a la original.
Además las “limpiezas” son contraproducentes, ya que pueden provocar numerosos efectos secundarios muy negativos:
- Incisión o encajamiento del lecho
- Irregularización de los fondos
- Descenso del freático (con graves consecuencias sobre la vegetación y sobre el abastecimiento desde pozos)
- Descalzamiento de puentes, escolleras y otras estructuras
- Muy probables colapsos ( hundimientos) si el sustrato presenta simas bajo la capa aluvial
En suma, los daños pueden ser mucho más costosos que los bienes que se trataba de defender con la “limpieza”.
La limpieza la hace el río:Y es que son precisamente las crecidas fluviales los mecanismos que tiene el río para “limpiar” periódicamente su propio cauce. Y el río lo hace bien, mucho mejor que nosotros, tiene centenares de miles de años de experiencia.
BUENAS PRÁCTICAS DE LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO:
Sí que podemos ayudar al río en sus labores de limpieza, simplemente retirando basuras del cauce residuo por residuo, manualmente, sin emplear maquinaria, o bien retirar madera muerta de puentes o represas donde haya quedado retenida y pueda incrementar el riesgo, reubicando esa madera en el interior de bosques de ribera para que siga cumpliendo su función en el ecosistema fluvial. Además se generarían puestos de trabajo,tan necesarios actualmente, y ,económicamente, sería más rentable que utilizar maquinaria pesada.
Para más información , ARTÍCULO DE ALFREDO OLLERO ( Profesor de Geografía Física de la Universidad de Zaragoza)
yo creo que hay que limpiar el rio inmediatamente por que sino ya se sabe lo que pasa . Siempre se desborda el rio .
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